capitulo 3 LOS BRUJOS HABLAN

LA MENTE

La mente es la varita milagrosa del hombre. Es el juguete maravilloso con el que se puede llegar en milésimas de segundo al más lejano planeta, ya que la distancia y el tiempo no existen para la mente. Es una especie de fantástico sombrero de mago de donde podemos extraerlo todo.
Uno de los principios herméticos dice: “todo es mente, el universo es mental”.
Al comprender que todo lo que existe en estado material es solamente energía-mente que bajó su onda vibratoria hasta solidificarse, podemos darnos cuenta de la importancia del estudio y educación de la mente.
El cerebro es similar a un radiotransmisor que estuviera constantemente emitiendo y captando ondas de radio. Por supuesto las ondas del pensamiento son muchísimo más sutiles y poderosas. Todo pensamiento es energía electromagnética de alta vibración. El cerebro es un poderoso generador de energía, cuya onda vibratoria depende del grado de cultura y desarrollo intelectual del individuo. A causa de esto es muy difícil que un hombre de onda mental larga comprenda a otro de onda mental corta. A veces se originan interminables discusiones entre dos personas que sostienen lo mismo, pero que no se entienden por tener diferente vibración.
En la mente tenemos la puerta de entrada a lo que conocemos con el nombre de cuarta dimensión o plano de la energía. Todo lo que puede ser imaginado por el hombre es una realidad en el plano de la energía y por lo tanto puede llegar a realizarse en el campo material. Al pensar se produce una emisión de energía electromagnética que da origen a un ser poseedor de cierto grado de conciencia que vivirá en el plano energético. Este ser tendrá una conciencia en relación al estado mental y anímico del individuo en el momento en que lo generó, y pasará a constituir un verdadero hijo. Todos nuestros pensamientos habituales son nuestros hijos mentales, que como todo hijo tienen que alimentarse de sus padres. De acuerdo con esto podemos comprender la verdad de aquel aforismo que dice: “según lo que un hombre piensa así es él”.
Estos hijos mentales son los que decidirán el destino futuro del individuo, como asimismo los que le traerán “buena o mala suerte” de acuerdo con su calidad vibratoria. Hay veces en que al encontrarnos con una persona experimentamos una gran tristeza o estado depresivo y esto se debe a que captamos su conjunto vibratorio de hijos mentales, que en este caso particular es de carácter negativo. Ante otras personas nos sentimos alegres y confiados y se nos levanta el ánimo. Es de vital importancia seleccionar cuidadosamente nuestras amistades, evitando en todo momento a los que poseen una irradiación negativa de carácter pesimista o fatalista, ya que en todo encuentro o conversación se produce un intercambio de magnetismo y de materia mental. En el plano de la mente todo pensamiento es algo material, tan concreto como puede serlo una piedra o una silla en el mundo físico. Si pudiéramos ver en el plano mental percibiríamos a cada individuo rodeado de formas mentales acordes a su vibración particular o dominante. En un sujeto pasional o fuertemente instintivo veremos tigres, toros, hienas, etc. Un hombre lleno de amor hacia los demás emitirá constantemente pensamientos en forma de hermosas flores y plantas. Un avaro en cambio semejará un pulpo con gran número de tentáculos. Otro cerrado a toda idea nueva tendrá la forma de un cubo.
Si una persona pudiera en un momento dado concentrar todas sus energías mentales en un solo propósito podría lograr milagros. En la práctica vemos que nuestra mente pasa vertiginosamente durante el día de uno a otro pensamiento, y que no descansa ni siquiera en la noche durante el sueño. Este continuo vagar produce un fantástico despilfarro de energías al producirse en el sujeto un estado de dispersión energética. A fin de formarnos una vida mejor debemos alcanzar dominio sobre la imaginación para no crearnos un destino duro y negativo, ya que todo pensamiento tiende a materializarse. El que imagina que es perseguido por la mala suerte, por ejemplo, se coloca en un estado de negativismo que le acarreará desgracia y miseria. El que se tiene a sí mismo en poca estima, traspasará este sentimiento a los demás, quienes íntimamente lo despreciarán.
Uno de los hábitos mentales más nocivos es aquél de reclinarse en un sillón a soñar, dejando vagar libremente el pensamiento. Esta costumbre equivale a abrir la puerta de la mente al océano de las vibraciones mentales desde donde puede llegar un estado depresivo o de cólera. En el éter que circunda la tierra vibran al igual que las ondas de radio los pensamientos de todos los habitantes del planeta. Nunca puede saber un hombre si lo que piensa se gestó en su propio cerebro o fue captado desde el exterior. Es necesario educar la imaginación para que dé cabida solamente a pensamientos bellos, positivos, y optimistas; a pensamientos de éxito, paz, y prosperidad. De este modo nos pondremos “en onda” con todo lo bueno y positivo cerrándonos a la influencia del mal.
Quien sea capaz de mantener un cuadro mental fijo en la imaginación sin que sea borrado por otros pensamientos logrará maravillas, ya que mente es materia y materia es mente, es decir energía y materia son diferentes manifestaciones de mente.
En el campo energético la mente es como un ovoide que circunda la cabeza, ovoide cuyo tamaño estará en relación al campo conceptual del individuo. Este ovoide es igual a un campo cerrado de energía electromagnética que se abre en una determinada dirección al pensar intensamente.
Todas las enfermedades y trastornos de la función mental tienen su origen en la invasión de este ovoide por fuerzas malignas o negativas, extrañas al sujeto, verdaderos demonios que se han originado por vicios, malos deseos, malos pensamientos y malas acciones. A fin de aclarar esto debemos examinar someramente lo que ocurre después de la muerte.
Al separarse el espíritu del cuerpo sin vida, se produce también la separación del cuerpo de los principios animales inferiores del hombre, es decir el conjunto de sus pasiones inferiores y malas acciones. A este ser lo llamaremos el "cascarón astral", ya que es como una corteza que recubre el cuerpo astral. Normalmente este “cascarón” se desintegra en cierto lapso de tiempo por falta de energía. Sin embargo cuando este “cascarón” es de gran fortaleza, lucha por sobrevivir y busca sujetos en los cuales pueda introducirse a fin de continuar su existencia en el plano de la materia. Cuando uno de estos entes logra entrar en el ovoide mental de un hombre se produce en éste un marcado cambio de carácter, ya que toma la personalidad inferior e instintiva del difunto a quien pertenecía esta entidad.
Toda clase de obsesiones se producen por esta causa, y si el cascarón es suficientemente poderoso puede llegar a desalojar completamente al espíritu, produciéndose entonces la locura. En otros casos más graves son varias las entidades usurpadoras que se disputan el cuerpo produciéndose locura furiosa. En un elevado porcentaje la insanía es provocada por esta causa.
En algunos casos es posible proceder a la expulsión de estos entes ya que temen al individuo puro, bien posesionado de sí mismo, de fuerte voluntad y carácter magnético o solar.
Las sesiones de espiritismo son el lugar donde se manifiestan los cascarones para alimentarse de las energías del médium y de los que forman la cadena de invocación. Es a causa de esto que los mediums sufren de agotamiento nervioso y consunción, ya que están entregando sus energías a estos vampiros del invisible que se burlan de ellos simulando ser espíritus desencarnados. Los grandes engañados y perjudicados son los que asisten a estas sesiones creyendo sinceramente que se materializan los espíritus de los difuntos. Sin darse cuenta están haciendo un gran daño al mantener con vida a estas entidades que al absorber parte de la conciencia de los asistentes quedan capacitadas para actuar conscientemente haciendo el mal.
Cuando la ciencia compruebe la existencia de estos seres, se habrá dado un gran paso en el tratamiento de la locura, obsesiones, y enfermedades nerviosas y mentales.
Todas las enfermedades se originan en la mente y sólo después de cierto período llegan a manifestarse en el cuerpo físico.
LOS DESEOS

Múltiples y variados son los deseos que se originan en el ser humano. El desear algo es tan habitual y natural como respirar. El deseo es otro de los caminos a través de los cuales el hombre despilfarra su energía mental. Si nos observamos atentamente veremos que en un solo día deseamos infinidad de cosas sin mayor importancia. Si nos abstuviéramos de estos deseos fútiles y concentráramos nuestras energías en una sola cosa, nos sería mucho más fácil lograr lo que queremos, ya que el deseo es una poderosa fuerza atractiva que actúa tal como un imán que atrajera hasta nosotros lo que queremos.
El deseo es una de las fuerzas que mantienen al ser humano atado a la materia, ya que éste es esclavo de sus propios deseos. A fin de liberarse de estás ataduras, debe educarse a sí mismo para concebir solamente deseos de elevado orden que son los que nacen del espíritu, y que, lejos de esclavizar, liberan y elevan.
Hay deseos insatisfechos de orden instintivo y anímico que se convierten en una obsesión y que pueden conducir a la locura.
Tal como en el caso del pensamiento, el deseo es una fuerza creadora que da vida en el campo energético a un ser cuya vibración será acorde a la calidad del deseo.
Estos hijos invisibles se alimentan de su creador y no se separan de él hasta que toman vida en la materia o se agotan. Los deseos puramente pasionales e instintivos son verdaderas sanguijuelas que se adentran en la psiquis succionando la vitalidad.
Un vicio es un deseo desmedido e incontrolado, es decir, una formación de energía electromagnética que adquirió conciencia. Este ente-deseo solamente podrá mantener su existencia si recibe en forma regular cierta cantidad de energía que solamente podrá provenir de la satisfacción del deseo. Debido a esto cuesta tanto vencer un vicio determinado, ya que para lograrlo hay que desintegrar por medio de la voluntad esta coagulación negativa. Los vicios se transmiten fácilmente, ya que en muchos casos ocurre que un ente-deseo al no lograr arrastrar a su padre nuevamente al vicio, busca un campo más propicio en otro sujeto. Un abstemio puede transformarse de la noche a la mañana en un bebedor consuetudinario.
Los incubos y súcubos son solamente entes-deseos de gran vitalidad, vampiros que buscan constantemente víctimas para poder alimentarse.
Hay ciertos individuos dignos de lástima que son verdaderos receptáculos de variados entes-deseos, donde cada cual lucha por su existencia y trata de devorar a sus congéneres. Estos hombres viven dominados por fuertes y contradictorias tendencias que se ven obligados a seguir para estar tranquilos, ya que estos vampiros les dejan un cierto respiro después de recibir su alimento.
No es posible establecer hasta qué punto la función mental se ve impedida por la acción de estas criaturas, pero sí es posible afirmar que un alto porcentaje de las decisiones y tendencias del hombre están dictadas por estos ladrones que interfieren el pensamiento con sus vibraciones pasionales.
Como un ejemplo interesante citaré el vicio del cigarrillo que da nacimiento a una particular entidad formada por la energía del tabaco al arder y el placer experimentado por el fumador. Esta entidad provoca constante inquietud al fumador, inquietud que sólo logra apaciguar al encender un cigarrillo.
Basándose en este ejemplo pueden los lectores analizar otros entes-deseos de carácter más delicado que mantienen esclavizados a sus creadores.
EL SEXO

El sexo es la vida. En él se encuentra el misterio de la vida en el hombre. Podemos considerarlo como el mantenedor de la llama vital en todo el cuerpo. Cuando se agota sobreviene la muerte.
Exotéricamente se considera al sexo solamente como un centro del cuerpo destinado a la reproducción y que por ende produce la diferenciación entre macho y hembra. Esotéricamente podemos considerarlo como un poderoso centro acumulador y productor de energía electromagnética que vibra continuamente en una forma similar a la electricidad. Esta energía emana directamente de la causa primera de todo origen, o sea Dios, y su misión es el mantenimiento de la vida. Es por esto que la vida emana del sexo y desde allí se transmite a los diferentes centros del cuerpo.
Nada menos que el misterio de Dios se oculta en el sexo, al ser éste capaz de crear y traer a la vida un nuevo ser humano que porta en su interior la chispa divina. Si Dios es nuestro padre, necesariamente tiene que manifestarse a través del sexo.
Como producto de la educación religiosa existe actualmente un concepto peyorativo del sexo que simboliza muchas veces algo obsceno y perjudicial para el individuo. Esto ha sido la causa de innumerables aberraciones de la libido. Es necesario devolver al sexo su verdadero papel de mantenedor de la vida y separarlo definitivamente del “pecado original”.
La educación sexual es importantísima ya que es indispensable que el ser humano aprenda a usar de su sexo conscientemente para crearse una vida mejor. Tanto hombres como mujeres sufren las consecuencias de su escasa educación sexual cuando llegan al matrimonio con errados y añejos conceptos, que los imposibilitan muchas veces para lograr una verdadera armonía sexual.
Esta falta de educación se manifiesta especialmente en la juventud, que por carecer de una adecuada guía psicológica sufre variadas desviaciones de la libido. Muchos se entregan a vicios solitarios y otros piensan que la mayor muestra de hombría es entregarse a una actividad sexual desenfrenada. De esto tienen en gran parte la culpa los padres, para quienes generalmente es “tabú” hablar de sexo delante de sus hijos. Esto los obliga a investigar por su propia cuenta, formándose en la mayoría de los casos complejos e inhibiciones de diversa índole.

Algo curioso es la poca importancia que se le concede al aspecto sexual, considerando que es el oculto móvil de una gran parte de las acciones humanas, como muy bien lo supo comprender Freud.
Según el principio hermético de generación, la vida es una eterna y continua generación. Nada puede existir sin que haya sido creado por dos fuerzas, una pasiva o femenina y otra activa o masculina. En el hombre se manifiesta con plena fuerza la parte activa o positiva de la energía creadora y es a causa de esto que no tiene control de sus estados instintivos, que en ciertos momentos lo sitúan en un nivel cercano al del animal que procrea impelido por corrientes magnéticas.
El sexo es el gran productor, regulador y director de la vida, pero es también el gran hipnotizador que mantiene a la especie humana en el estado maquinal del cual hemos hablado en páginas anteriores.
Dice la Biblia que la serpiente tentó a Adán y Eva para que comieran el fruto prohibido, y que a causa de haber cedido a la tentación fueron expulsados del paraíso. El paraíso simboliza aquel estado en que el hombre estaba en contacto permanente con su propio espíritu. La expulsión del paraíso representa la pérdida de contacto por la entrega a las pasiones desenfrenadas. Al entregarse el hombre a las pasiones y hacer uso de su sexo indiscriminadamente fue perdiendo poco a poco la facultad de percibir la realidad, ya que sus impresiones sensoriales fueron tantas y continuas que perturbaron su función mental.
Es curioso el simbolismo bíblico de la serpiente como causante directa de la expulsión del paraíso, ya que en esto se oculta un secreto relacionado directamente con la triste condición de máquina del hombre. Es muy conocida por los amantes de la literatura hindú y del yoga la importancia que se le concede a Kundalini o a la serpiente “dormida”. Se dice que es la energía que yace en estado latente en la base de la columna vertebral y que cuando se puede lograr el despertar de esta energía proporciona toda clase de mágicos poderes. Se ignora, sin embargo, que es justamente esta energía la que está actuando dentro del ser humano para mantenerlo hipnotizado e impedirle ver la realidad.
Cuando el hombre recién empezó a evolucionar como tal en la tierra, estaba dirigido por un espíritu colectivo que dirigía la propagación de la especie impulsando a las parejas a unirse en ciertas épocas del año únicamente.
Cuando adquirió el poder de procrear a voluntad en cualquier momento, se liberó del espíritu colectivo y empezó a tener cierto grado de independencia y libre albedrío.
Desde el momento en que el objetivo del acto sexual es el procrear un hijo, es un acto de creación, y da nacimiento cada vez que se ejecuta a una fuerza, buena o mala, de acuerdo con la calidad de la unión que se ha producido, es decir. si ha sido puramente animal o espiritual.
Cuando se produce solamente una unión de cuerpos y no de almas que es lo común, es lo mismo que si se produjera mecánicamente el estímulo de los centros sexuales originándose una perpetua insatisfacción. Solamente en la simultánea unión de cuerpos y almas reside el verdadero goce íntimo, espiritual y divino en la verdadera unión sexual. Ésta es la diferencia entre pecar y no pecar, en este problema. Pecan solamente aquéllos que se unen animalmente.
No basta que un matrimonio haya sido legalizado por la iglesia para que esté en gracia de Dios, ya que para la naturaleza no existen las leyes humanas. Desde el punto de vista de la naturaleza, que es perfecta, es un matrimonio toda pareja en la cual se haya formado el Aura matrimonial, que es la unión en los planos invisibles de sus cuerpos etéricos. Cuando no existe esta aura matrimonial, un matrimonio puede estar cien veces legalizado y bendecido por la iglesia, pero será una falsedad y una mentira, ya que habrá solamente un acoplamiento de cuerpos. Para los neófitos explicaré que el doble etérico es un cuerpo de materia sutil que existe en forma invisible y que va indisolublemente ligado al cuerpo físico, siendo su exacta réplica. Todas las alteraciones que se producen en el doble se manifiestan inmediatamente en el cuerpo.
Todo lo sexual gira en torno de una cosa: el magnetismo etérico. En todo contacto sexual hay un gran intercambio de magnetismo entre el hombre y la mujer. Esta vibración magnética influye poderosamente en la felicidad o desgracia del individuo. Una persona que tiene una vibración magnética de mala suerte, pesimismo, desgracia e infelicidad la transmitirá en el momento de la unión.
El magnetismo es el que produce la atracción sexual y el “enamoramiento”, y esto es lo que representa el símbolo de Eros o Cupido. Es a causa de esto que muchos supuestos enamoramientos terminan en forma repentina al producirse la descarga magnética ya que el amor en su vulgar manifestación es solamente una embriaguez o saturación de magnetismo etérico. Por supuesto que esto no es el verdadero amor, solamente es una condensación magnética.
En el terreno de la atracción amorosa mientras más magnetismo posea una mujer, más atraerá al sexo opuesto, aunque su físico sea poco agraciado. Lo que se ha llamado “sex appeal” es el poder atractivo del magnetismo que se manifiesta en una forma invisible e impalpable. Es corriente ver mujeres muy bellas que no tienen poder atractivo sobre el hombre por carecer de magnetismo etérico sexual.
Hay personas que por herencia, por llevar una vida sana, y por disfrutar de mucho autodominio son grandes acumuladores de magnetismo, son verdaderos imanes naturales con poderes atractivos, tanto en lo económico como en lo sentimental.
Hay mujeres en cambio que viven siempre huérfanas de amor a pesar de ser agraciadas físicamente, porque les falta el poder magnético atractivo. Si llegan a contraer matrimonio no son capaces de retener al hombre por mucho tiempo y éste termina abandonándolas.
Voy a dar aquí algunas clases para que tanto hombres como mujeres puedan formarse un caudal de energía electromagnética que les ayude a triunfar en la vida.
El poder magnético sexual se pierde por tres cauces principales que es necesario eliminar a fin de que se produzca una gradual acumulación. Estos cauces son: emociones negativas, deseos desenfrenados, y estados imaginativos negativos.
Existe una estrecha relación entre el estado emocional y el instintivo. Una mujer que atraviesa por una crisis de celos, por ejemplo, está derrochando su magnetismo en forma desmedida, con lo cual pierde su atractivo ante el hombre y se envejece prematuramente, porque la vida se está yendo de ella. La mujer celosa, irritable y dominante expulsa toda su energía sexual a través del corazón quedando gradualmente vacía de atractivos.
Para que una mujer pueda atraer poderosamente a los hombres debe conseguir antes que nada un gran dominio sobre los sentimientos, a fin de que el corazón no disperse el magnetismo producido y acumulado por el sexo. Una vez alcanzado el dominio sobre su ser anímico debe alcanzar control sobre su ser instintivo y su imaginación. Logrado esto, tendrá todo al alcance de la mano. El hombre, por el contrario, debe dedicar preferente atención a la educación y dominio de su aspecto sexual, que es su punto débil o lado flaco.
En la educación de los deseos encontramos también una gran fuente de energía. Si una persona rehusa la satisfacción de un deseo en forma transitoria y logra mantener viva esta corriente de fuerza, consigue con esto aumentar su caudal de energía magnética. Ilustraré esto con un ejemplo: un sujeto recibe una muy buena noticia. Su primer impulso es correr a contársela a sus amigos y familiares. Si pospone conscientemente este deseo durante algunos días, acumulará cierta cantidad de magnetismo.
Imaginativamente es necesario lograr cierto estado de control que elimine los cuadros negativos y morbosos, dando cabida solamente al optimismo y la alegría.
El hombre que desea atraer a una mujer debe ser sincero, galante, comprensivo, fuerte pero sensible, masculino y viril. Debe tener una mente poderosa y despierta, ya que si en la mujer la belleza está en el físico y en el alma, en el hombre está en su inteligencia. Mientras más inteligente es un hombre más bello aparece a los ojos de una mujer.
La mujer busca antes que nada apoyarse en el hombre, en todo sentido y por lo tanto él debe estar presto a suministrarle la fuerza de la cual ella carece. El hombre y la mujer encarnan los dos grandes principios de Fuerza y Belleza.
La mujer que quiere atraer y retener a un hombre debe desarrollar las siguientes cualidades profunda femineidad, dulzura, comprensión y belleza del alma. Debe ser esposas amante, amiga, hermana y madre. En ningún momento debe sentirse el hombre atado a su compañera o privado de su libertad.
La clave de la felicidad en las parejas reside en la tolerancia mutua, estando más dispuestos a dar que a recibir.
Sin embargo, a fin de que pueda existir una perfecta armonía sexual en una pareja es necesario borrar o eliminar todas aquellas heridas instintivas y anímicas que han recibido en el transcurso de sus vidas. Éstas son las que causan el mayor porcentaje de fracasos matrimoniales. Es corriente, por ejemplo, ver al hombre que ha sido muy mimado por su madre en la niñez buscar una mujer que asuma dicho papel, a la que exige las mismas atenciones que la madre al hijo. También es común el caso de la mujer que busca un sustituto del padre. En esto influye mucho la primera experiencia sexual, que es la que marca el rumbo de la futura vida. El hombre que se ha iniciado con una prostituta por ejemplo, buscará al contraer matrimonio una mujer equivalente a las vendedoras de amor.
Si en el hombre es importante la primera unión sexual, en la mujer marca esta primera comunión el verdadero y decisivo rumbo que seguirá su vida posteriormente, marca su felicidad o desgracia, ya que la mujer en estado virginal es semejante a una página en blanco que estuviera esperando ser escrita.
Un caso muy común es aquél en que la mujer ha llegado muy ilusionada a la noche de bodas, pero que ha sido brutalmente poseída por un hombre instintivo y pasional, lo cual ha creado en ella una profunda aversión subconsciente al hombre. Si posteriormente busca la felicidad con otro, surgirá siempre el fantasma de su primera experiencia, que puede llegar a provocarle una completa frigidez.
Otra desviación de la libido muy frecuente en la mujer es el autoerotismo, o sea cuando busca excitarse a sí misma por medio de imágenes eróticas de celo para multiplicar el placer en el acto sexual. Lo mismo busca aquélla que provoca riñas para entregarse al hombre en el momento supremo y pasar bruscamente al deleite amoroso.
Todos estos refinamientos o complejos sexuales deben ser borrados del subconsciente por una higiene mental adecuada y por medio de una rígida auto-disciplina. Cuando la voluntad no sea capaz de conseguir esto, debe someterse el afectado a una persona que sepa cómo borrar estas impresiones de sus neuronas cerebrales, lo que en casos difíciles puede lograrlo solamente un psiquiatra iniciado en el gran misterio de la mente.
Las imágenes eróticas de una mujer influyen de tal modo en su compañero que éste puede llegar a engañarla si la mujer lo imagina, ya que le traspasa su vibración imaginativa obligándolo a actuar así.
Una vez desaparecidas todas las grabaciones negativas se produce una unión natural, sana y equilibrada que es la única que lleva a la armonía y a la felicidad.
Otro caso que debo citar por la importancia que reviste, es el de la mujer masculina.
La masculinización se produce en una mujer cuando ésta se une a un hombre débil de carácter y ella es fuerte y dominadora. Poco a poco se va haciendo más activa y masculina, y el hombre, más tímido y apocado, ya que ella le va absorbiendo todo el magnetismo masculino dejándolo solamente con magnetismo pasivo o femenino. Lo masculino que esta mujer absorbe va desarrollando en ella marcadas características masculinas: fuerza, poder y dominio, agresividad, impulsividad, don de mando, audacia y decisión, y el hombre se va haciendo cada vez más femenino, hasta que llega el momento en que es incapaz de tomar decisiones y le entrega totalmente las riendas del hogar a la mujer. Si este matrimonio tiene hijos varones, también serán ellos víctimas de este torbellino de absorción en que se ha transformado esta mujer, y caerán totalmente bajo su influjo acusando marcadas características femeninas, ya que su magnetismo masculino ha sido tomado por la madre. Esta absorción puede llegar a conducir a estos niños a la inversión sexual.
Ni el hombre ni la mujer se dan cuenta de que exhiben en su carácter ciertos rasgos pertenecientes al sexo opuesto. El hombre, por ejemplo, muestra los siguientes aspectos que deberían ser privativos de la mujer: celos, indecisión, miedo, volubilidad, pasividad e histeria, por citar solamente algunos; la mujer, ansias de dominar al hombre, deseando transformarlo y poseerlo.
Todo esto oculta un gran secreto de los muchos relativos al magnetismo, y este secreto es que tanto el hombre como la mujer tienen un cierto porcentaje del sexo opuesto.
Los verdaderos y sinceros estudiantes sabrán comprender este arcano en toda su magnitud.
El correcto empleo del sexo es la base del desarrollo espiritual oculto. Causa lástima ver a todos aquellos aprendices de ocultistas que creen que basta cantar mantrams, hacer respiraciones yogas o entonar plegarias al altísimo para alcanzar la iluminación. Es sensible igualmente ver a aquéllos que buscan el desarrollo a través de ciertas tradiciones hindúes que imponen el celibato a los hombres, como medio de alcanzar supuestos poderes mágicos, terminando muchos de ellos por feminizarse o invertirse por haberse despolarizado magnéticamente.
Prosiguiendo con el tema de lo sexual es necesario denunciar el crimen que se comete contra criaturas durante el período de embarazo de la mujer, ya que ésta continúa teniendo relaciones sexuales con su marido después de haber quedado encinta.
Aquel ser que está dentro de la madre recibe en ese momento una fuerte corriente de energía sexual que queda profundamente grabada en su frágil naturaleza, provocando después de su nacimiento un despertar sexual prematuro y toda clase de desequilibrios emocionales, como asimismo la inversión sexual.
En este delicado período la mujer debería abstenerse de todo tipo de emociones fuertes, de disgustos y malos ratos y alejarse de ambientes depresivos. Es sensible que el hombre no haya estudiado a fondo el arte de mejorar su propia especie, dedicándose en cambio a perfeccionar algunas razas de animales.
Para terminar este capítulo daremos la clave del magnetismo sexual:
El hombre es lo activo, aquello que da, aquello que busca y necesita estar dando continuamente.
La mujer es lo pasivo que busca continuamente absorberlo o tomarlo todo dentro de ella para concebirlo.
Él es el creador y ella la coaguladora.
Estas dos fuerzas dan origen a una tercera que es el hijo.
De la unidad nace el Binario y posteriormente el ternario.
El Binario para alcanzar la perfección debe convertirse en unidad
Estudiando el magnetismo activo y pasivo, se llegará a comprender el verdadero sentido de la unión entre hombre y mujer.

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