capitulo 3 LOS BRUJOS HABLAN
LA MENTE
La mente es la varita milagrosa del hombre. Es el juguete maravilloso con el que se puede llegar en milésimas de segundo al más lejano planeta, ya que la distancia y el tiempo no existen para la mente. Es una especie de fantástico sombrero de mago de donde podemos extraerlo todo.
Uno de los principios herméticos dice: “todo es mente, el universo es mental”.
Al comprender que todo lo que existe en estado material es solamente energía-mente que bajó su onda vibratoria hasta solidificarse, podemos darnos cuenta de la importancia del estudio y educación de la mente.
El cerebro es similar a un radiotransmisor que estuviera constantemente emitiendo y captando ondas de radio. Por supuesto las ondas del pensamiento son muchísimo más sutiles y poderosas. Todo pensamiento es energía electromagnética de alta vibración. El cerebro es un poderoso generador de energía, cuya onda vibratoria depende del grado de cultura y desarrollo intelectual del individuo. A causa de esto es muy difícil que un hombre de onda mental larga comprenda a otro de onda mental corta. A veces se originan interminables discusiones entre dos personas que sostienen lo mismo, pero que no se entienden por tener diferente vibración.
En la mente tenemos la puerta de entrada a lo que conocemos con el nombre de cuarta dimensión o plano de la energía. Todo lo que puede ser imaginado por el hombre es una realidad en el plano de la energía y por lo tanto puede llegar a realizarse en el campo material. Al pensar se produce una emisión de energía electromagnética que da origen a un ser poseedor de cierto grado de conciencia que vivirá en el plano energético. Este ser tendrá una conciencia en relación al estado mental y anímico del individuo en el momento en que lo generó, y pasará a constituir un verdadero hijo. Todos nuestros pensamientos habituales son nuestros hijos mentales, que como todo hijo tienen que alimentarse de sus padres. De acuerdo con esto podemos comprender la verdad de aquel aforismo que dice: “según lo que un hombre piensa así es él”.
Estos hijos mentales son los que decidirán el destino futuro del individuo, como asimismo los que le traerán “buena o mala suerte” de acuerdo con su calidad vibratoria. Hay veces en que al encontrarnos con una persona experimentamos una gran tristeza o estado depresivo y esto se debe a que captamos su conjunto vibratorio de hijos mentales, que en este caso particular es de carácter negativo. Ante otras personas nos sentimos alegres y confiados y se nos levanta el ánimo. Es de vital importancia seleccionar cuidadosamente nuestras amistades, evitando en todo momento a los que poseen una irradiación negativa de carácter pesimista o fatalista, ya que en todo encuentro o conversación se produce un intercambio de magnetismo y de materia mental. En el plano de la mente todo pensamiento es algo material, tan concreto como puede serlo una piedra o una silla en el mundo físico. Si pudiéramos ver en el plano mental percibiríamos a cada individuo rodeado de formas mentales acordes a su vibración particular o dominante. En un sujeto pasional o fuertemente instintivo veremos tigres, toros, hienas, etc. Un hombre lleno de amor hacia los demás emitirá constantemente pensamientos en forma de hermosas flores y plantas. Un avaro en cambio semejará un pulpo con gran número de tentáculos. Otro cerrado a toda idea nueva tendrá la forma de un cubo.
Si una persona pudiera en un momento dado concentrar todas sus energías mentales en un solo propósito podría lograr milagros. En la práctica vemos que nuestra mente pasa vertiginosamente durante el día de uno a otro pensamiento, y que no descansa ni siquiera en la noche durante el sueño. Este continuo vagar produce un fantástico despilfarro de energías al producirse en el sujeto un estado de dispersión energética. A fin de formarnos una vida mejor debemos alcanzar dominio sobre la imaginación para no crearnos un destino duro y negativo, ya que todo pensamiento tiende a materializarse. El que imagina que es perseguido por la mala suerte, por ejemplo, se coloca en un estado de negativismo que le acarreará desgracia y miseria. El que se tiene a sí mismo en poca estima, traspasará este sentimiento a los demás, quienes íntimamente lo despreciarán.
Uno de los hábitos mentales más nocivos es aquél de reclinarse en un sillón a soñar, dejando vagar libremente el pensamiento. Esta costumbre equivale a abrir la puerta de la mente al océano de las vibraciones mentales desde donde puede llegar un estado depresivo o de cólera. En el éter que circunda la tierra vibran al igual que las ondas de radio los pensamientos de todos los habitantes del planeta. Nunca puede saber un hombre si lo que piensa se gestó en su propio cerebro o fue captado desde el exterior. Es necesario educar la imaginación para que dé cabida solamente a pensamientos bellos, positivos, y optimistas; a pensamientos de éxito, paz, y prosperidad. De este modo nos pondremos “en onda” con todo lo bueno y positivo cerrándonos a la influencia del mal.
Quien sea capaz de mantener un cuadro mental fijo en la imaginación sin que sea borrado por otros pensamientos logrará maravillas, ya que mente es materia y materia es mente, es decir energía y materia son diferentes manifestaciones de mente.
En el campo energético la mente es como un ovoide que circunda la cabeza, ovoide cuyo tamaño estará en relación al campo conceptual del individuo. Este ovoide es igual a un campo cerrado de energía electromagnética que se abre en una determinada dirección al pensar intensamente.
Todas las enfermedades y trastornos de la función mental tienen su origen en la invasión de este ovoide por fuerzas malignas o negativas, extrañas al sujeto, verdaderos demonios que se han originado por vicios, malos deseos, malos pensamientos y malas acciones. A fin de aclarar esto debemos examinar someramente lo que ocurre después de la muerte.
Al separarse el espíritu del cuerpo sin vida, se produce también la separación del cuerpo de los principios animales inferiores del hombre, es decir el conjunto de sus pasiones inferiores y malas acciones. A este ser lo llamaremos el "cascarón astral", ya que es como una corteza que recubre el cuerpo astral. Normalmente este “cascarón” se desintegra en cierto lapso de tiempo por falta de energía. Sin embargo cuando este “cascarón” es de gran fortaleza, lucha por sobrevivir y busca sujetos en los cuales pueda introducirse a fin de continuar su existencia en el plano de la materia. Cuando uno de estos entes logra entrar en el ovoide mental de un hombre se produce en éste un marcado cambio de carácter, ya que toma la personalidad inferior e instintiva del difunto a quien pertenecía esta entidad.
Toda clase de obsesiones se producen por esta causa, y si el cascarón es suficientemente poderoso puede llegar a desalojar completamente al espíritu, produciéndose entonces la locura. En otros casos más graves son varias las entidades usurpadoras que se disputan el cuerpo produciéndose locura furiosa. En un elevado porcentaje la insanía es provocada por esta causa.
En algunos casos es posible proceder a la expulsión de estos entes ya que temen al individuo puro, bien posesionado de sí mismo, de fuerte voluntad y carácter magnético o solar.
Las sesiones de espiritismo son el lugar donde se manifiestan los cascarones para alimentarse de las energías del médium y de los que forman la cadena de invocación. Es a causa de esto que los mediums sufren de agotamiento nervioso y consunción, ya que están entregando sus energías a estos vampiros del invisible que se burlan de ellos simulando ser espíritus desencarnados. Los grandes engañados y perjudicados son los que asisten a estas sesiones creyendo sinceramente que se materializan los espíritus de los difuntos. Sin darse cuenta están haciendo un gran daño al mantener con vida a estas entidades que al absorber parte de la conciencia de los asistentes quedan capacitadas para actuar conscientemente haciendo el mal.
Cuando la ciencia compruebe la existencia de estos seres, se habrá dado un gran paso en el tratamiento de la locura, obsesiones, y enfermedades nerviosas y mentales.
Todas las enfermedades se originan en la mente y sólo después de cierto período llegan a manifestarse en el cuerpo físico.
La mente es la varita milagrosa del hombre. Es el juguete maravilloso con el que se puede llegar en milésimas de segundo al más lejano planeta, ya que la distancia y el tiempo no existen para la mente. Es una especie de fantástico sombrero de mago de donde podemos extraerlo todo.
Uno de los principios herméticos dice: “todo es mente, el universo es mental”.
Al comprender que todo lo que existe en estado material es solamente energía-mente que bajó su onda vibratoria hasta solidificarse, podemos darnos cuenta de la importancia del estudio y educación de la mente.
El cerebro es similar a un radiotransmisor que estuviera constantemente emitiendo y captando ondas de radio. Por supuesto las ondas del pensamiento son muchísimo más sutiles y poderosas. Todo pensamiento es energía electromagnética de alta vibración. El cerebro es un poderoso generador de energía, cuya onda vibratoria depende del grado de cultura y desarrollo intelectual del individuo. A causa de esto es muy difícil que un hombre de onda mental larga comprenda a otro de onda mental corta. A veces se originan interminables discusiones entre dos personas que sostienen lo mismo, pero que no se entienden por tener diferente vibración.
En la mente tenemos la puerta de entrada a lo que conocemos con el nombre de cuarta dimensión o plano de la energía. Todo lo que puede ser imaginado por el hombre es una realidad en el plano de la energía y por lo tanto puede llegar a realizarse en el campo material. Al pensar se produce una emisión de energía electromagnética que da origen a un ser poseedor de cierto grado de conciencia que vivirá en el plano energético. Este ser tendrá una conciencia en relación al estado mental y anímico del individuo en el momento en que lo generó, y pasará a constituir un verdadero hijo. Todos nuestros pensamientos habituales son nuestros hijos mentales, que como todo hijo tienen que alimentarse de sus padres. De acuerdo con esto podemos comprender la verdad de aquel aforismo que dice: “según lo que un hombre piensa así es él”.
Estos hijos mentales son los que decidirán el destino futuro del individuo, como asimismo los que le traerán “buena o mala suerte” de acuerdo con su calidad vibratoria. Hay veces en que al encontrarnos con una persona experimentamos una gran tristeza o estado depresivo y esto se debe a que captamos su conjunto vibratorio de hijos mentales, que en este caso particular es de carácter negativo. Ante otras personas nos sentimos alegres y confiados y se nos levanta el ánimo. Es de vital importancia seleccionar cuidadosamente nuestras amistades, evitando en todo momento a los que poseen una irradiación negativa de carácter pesimista o fatalista, ya que en todo encuentro o conversación se produce un intercambio de magnetismo y de materia mental. En el plano de la mente todo pensamiento es algo material, tan concreto como puede serlo una piedra o una silla en el mundo físico. Si pudiéramos ver en el plano mental percibiríamos a cada individuo rodeado de formas mentales acordes a su vibración particular o dominante. En un sujeto pasional o fuertemente instintivo veremos tigres, toros, hienas, etc. Un hombre lleno de amor hacia los demás emitirá constantemente pensamientos en forma de hermosas flores y plantas. Un avaro en cambio semejará un pulpo con gran número de tentáculos. Otro cerrado a toda idea nueva tendrá la forma de un cubo.
Si una persona pudiera en un momento dado concentrar todas sus energías mentales en un solo propósito podría lograr milagros. En la práctica vemos que nuestra mente pasa vertiginosamente durante el día de uno a otro pensamiento, y que no descansa ni siquiera en la noche durante el sueño. Este continuo vagar produce un fantástico despilfarro de energías al producirse en el sujeto un estado de dispersión energética. A fin de formarnos una vida mejor debemos alcanzar dominio sobre la imaginación para no crearnos un destino duro y negativo, ya que todo pensamiento tiende a materializarse. El que imagina que es perseguido por la mala suerte, por ejemplo, se coloca en un estado de negativismo que le acarreará desgracia y miseria. El que se tiene a sí mismo en poca estima, traspasará este sentimiento a los demás, quienes íntimamente lo despreciarán.
Uno de los hábitos mentales más nocivos es aquél de reclinarse en un sillón a soñar, dejando vagar libremente el pensamiento. Esta costumbre equivale a abrir la puerta de la mente al océano de las vibraciones mentales desde donde puede llegar un estado depresivo o de cólera. En el éter que circunda la tierra vibran al igual que las ondas de radio los pensamientos de todos los habitantes del planeta. Nunca puede saber un hombre si lo que piensa se gestó en su propio cerebro o fue captado desde el exterior. Es necesario educar la imaginación para que dé cabida solamente a pensamientos bellos, positivos, y optimistas; a pensamientos de éxito, paz, y prosperidad. De este modo nos pondremos “en onda” con todo lo bueno y positivo cerrándonos a la influencia del mal.
Quien sea capaz de mantener un cuadro mental fijo en la imaginación sin que sea borrado por otros pensamientos logrará maravillas, ya que mente es materia y materia es mente, es decir energía y materia son diferentes manifestaciones de mente.
En el campo energético la mente es como un ovoide que circunda la cabeza, ovoide cuyo tamaño estará en relación al campo conceptual del individuo. Este ovoide es igual a un campo cerrado de energía electromagnética que se abre en una determinada dirección al pensar intensamente.
Todas las enfermedades y trastornos de la función mental tienen su origen en la invasión de este ovoide por fuerzas malignas o negativas, extrañas al sujeto, verdaderos demonios que se han originado por vicios, malos deseos, malos pensamientos y malas acciones. A fin de aclarar esto debemos examinar someramente lo que ocurre después de la muerte.
Al separarse el espíritu del cuerpo sin vida, se produce también la separación del cuerpo de los principios animales inferiores del hombre, es decir el conjunto de sus pasiones inferiores y malas acciones. A este ser lo llamaremos el "cascarón astral", ya que es como una corteza que recubre el cuerpo astral. Normalmente este “cascarón” se desintegra en cierto lapso de tiempo por falta de energía. Sin embargo cuando este “cascarón” es de gran fortaleza, lucha por sobrevivir y busca sujetos en los cuales pueda introducirse a fin de continuar su existencia en el plano de la materia. Cuando uno de estos entes logra entrar en el ovoide mental de un hombre se produce en éste un marcado cambio de carácter, ya que toma la personalidad inferior e instintiva del difunto a quien pertenecía esta entidad.
Toda clase de obsesiones se producen por esta causa, y si el cascarón es suficientemente poderoso puede llegar a desalojar completamente al espíritu, produciéndose entonces la locura. En otros casos más graves son varias las entidades usurpadoras que se disputan el cuerpo produciéndose locura furiosa. En un elevado porcentaje la insanía es provocada por esta causa.
En algunos casos es posible proceder a la expulsión de estos entes ya que temen al individuo puro, bien posesionado de sí mismo, de fuerte voluntad y carácter magnético o solar.
Las sesiones de espiritismo son el lugar donde se manifiestan los cascarones para alimentarse de las energías del médium y de los que forman la cadena de invocación. Es a causa de esto que los mediums sufren de agotamiento nervioso y consunción, ya que están entregando sus energías a estos vampiros del invisible que se burlan de ellos simulando ser espíritus desencarnados. Los grandes engañados y perjudicados son los que asisten a estas sesiones creyendo sinceramente que se materializan los espíritus de los difuntos. Sin darse cuenta están haciendo un gran daño al mantener con vida a estas entidades que al absorber parte de la conciencia de los asistentes quedan capacitadas para actuar conscientemente haciendo el mal.
Cuando la ciencia compruebe la existencia de estos seres, se habrá dado un gran paso en el tratamiento de la locura, obsesiones, y enfermedades nerviosas y mentales.
Todas las enfermedades se originan en la mente y sólo después de cierto período llegan a manifestarse en el cuerpo físico.
LOS DESEOS
Múltiples
y variados son los deseos que se originan en el ser humano. El desear
algo es tan habitual y natural como respirar. El deseo es otro de los
caminos a través de los cuales el hombre despilfarra su energía mental.
Si nos observamos atentamente veremos que en un solo día deseamos
infinidad de cosas sin mayor importancia. Si nos abstuviéramos de estos
deseos fútiles y concentráramos nuestras energías en una sola cosa, nos
sería mucho más fácil lograr lo que queremos, ya que el deseo es una
poderosa fuerza atractiva que actúa tal como un imán que atrajera hasta
nosotros lo que queremos.
El deseo es una de las
fuerzas que mantienen al ser humano atado a la materia, ya que éste es
esclavo de sus propios deseos. A fin de liberarse de estás ataduras,
debe educarse a sí mismo para concebir solamente deseos de elevado orden
que son los que nacen del espíritu, y que, lejos de esclavizar, liberan
y elevan.
Hay deseos insatisfechos de orden instintivo y anímico que se convierten en una obsesión y que pueden conducir a la locura.
Tal
como en el caso del pensamiento, el deseo es una fuerza creadora que da
vida en el campo energético a un ser cuya vibración será acorde a la
calidad del deseo.
Estos hijos invisibles se alimentan
de su creador y no se separan de él hasta que toman vida en la materia o
se agotan. Los deseos puramente pasionales e instintivos son verdaderas
sanguijuelas que se adentran en la psiquis succionando la vitalidad.
Un
vicio es un deseo desmedido e incontrolado, es decir, una formación de
energía electromagnética que adquirió conciencia. Este ente-deseo
solamente podrá mantener su existencia si recibe en forma regular cierta
cantidad de energía que solamente podrá provenir de la satisfacción del
deseo. Debido a esto cuesta tanto vencer un vicio determinado, ya que
para lograrlo hay que desintegrar por medio de la voluntad esta
coagulación negativa. Los vicios se transmiten fácilmente, ya que en
muchos casos ocurre que un ente-deseo al no lograr arrastrar a su padre
nuevamente al vicio, busca un campo más propicio en otro sujeto. Un
abstemio puede transformarse de la noche a la mañana en un bebedor
consuetudinario.
Los incubos y súcubos son solamente
entes-deseos de gran vitalidad, vampiros que buscan constantemente
víctimas para poder alimentarse.
Hay ciertos individuos
dignos de lástima que son verdaderos receptáculos de variados
entes-deseos, donde cada cual lucha por su existencia y trata de devorar
a sus congéneres. Estos hombres viven dominados por fuertes y
contradictorias tendencias que se ven obligados a seguir para estar
tranquilos, ya que estos vampiros les dejan un cierto respiro después de
recibir su alimento.
No es posible establecer hasta
qué punto la función mental se ve impedida por la acción de estas
criaturas, pero sí es posible afirmar que un alto porcentaje de las
decisiones y tendencias del hombre están dictadas por estos ladrones que
interfieren el pensamiento con sus vibraciones pasionales.
Como
un ejemplo interesante citaré el vicio del cigarrillo que da nacimiento
a una particular entidad formada por la energía del tabaco al arder y
el placer experimentado por el fumador. Esta entidad provoca constante
inquietud al fumador, inquietud que sólo logra apaciguar al encender un
cigarrillo.
Basándose en este ejemplo pueden los
lectores analizar otros entes-deseos de carácter más delicado que
mantienen esclavizados a sus creadores.
EL SEXO
El
sexo es la vida. En él se encuentra el misterio de la vida en el
hombre. Podemos considerarlo como el mantenedor de la llama vital en
todo el cuerpo. Cuando se agota sobreviene la muerte.
Exotéricamente
se considera al sexo solamente como un centro del cuerpo destinado a la
reproducción y que por ende produce la diferenciación entre macho y
hembra. Esotéricamente podemos considerarlo como un poderoso centro
acumulador y productor de energía electromagnética que vibra
continuamente en una forma similar a la electricidad. Esta energía emana
directamente de la causa primera de todo origen, o sea Dios, y su
misión es el mantenimiento de la vida. Es por esto que la vida emana del
sexo y desde allí se transmite a los diferentes centros del cuerpo.
Nada
menos que el misterio de Dios se oculta en el sexo, al ser éste capaz
de crear y traer a la vida un nuevo ser humano que porta en su interior
la chispa divina. Si Dios es nuestro padre, necesariamente tiene que
manifestarse a través del sexo.
Como producto de la
educación religiosa existe actualmente un concepto peyorativo del sexo
que simboliza muchas veces algo obsceno y perjudicial para el individuo.
Esto ha sido la causa de innumerables aberraciones de la libido. Es
necesario devolver al sexo su verdadero papel de mantenedor de la vida y
separarlo definitivamente del “pecado original”.
La
educación sexual es importantísima ya que es indispensable que el ser
humano aprenda a usar de su sexo conscientemente para crearse una vida
mejor. Tanto hombres como mujeres sufren las consecuencias de su escasa
educación sexual cuando llegan al matrimonio con errados y añejos
conceptos, que los imposibilitan muchas veces para lograr una verdadera
armonía sexual.
Esta falta de educación se manifiesta
especialmente en la juventud, que por carecer de una adecuada guía
psicológica sufre variadas desviaciones de la libido. Muchos se entregan
a vicios solitarios y otros piensan que la mayor muestra de hombría es
entregarse a una actividad sexual desenfrenada. De esto tienen en gran
parte la culpa los padres, para quienes generalmente es “tabú” hablar de
sexo delante de sus hijos. Esto los obliga a investigar por su propia
cuenta, formándose en la mayoría de los casos complejos e inhibiciones
de diversa índole.
Algo curioso
es la poca importancia que se le concede al aspecto sexual, considerando
que es el oculto móvil de una gran parte de las acciones humanas, como
muy bien lo supo comprender Freud.
Según el principio
hermético de generación, la vida es una eterna y continua generación.
Nada puede existir sin que haya sido creado por dos fuerzas, una pasiva o
femenina y otra activa o masculina. En el hombre se manifiesta con
plena fuerza la parte activa o positiva de la energía creadora y es a
causa de esto que no tiene control de sus estados instintivos, que en
ciertos momentos lo sitúan en un nivel cercano al del animal que procrea
impelido por corrientes magnéticas.
El sexo es el gran
productor, regulador y director de la vida, pero es también el gran
hipnotizador que mantiene a la especie humana en el estado maquinal del
cual hemos hablado en páginas anteriores.
Dice la
Biblia que la serpiente tentó a Adán y Eva para que comieran el fruto
prohibido, y que a causa de haber cedido a la tentación fueron
expulsados del paraíso. El paraíso simboliza aquel estado en que el
hombre estaba en contacto permanente con su propio espíritu. La
expulsión del paraíso representa la pérdida de contacto por la entrega a
las pasiones desenfrenadas. Al entregarse el hombre a las pasiones y
hacer uso de su sexo indiscriminadamente fue perdiendo poco a poco la
facultad de percibir la realidad, ya que sus impresiones sensoriales
fueron tantas y continuas que perturbaron su función mental.
Es
curioso el simbolismo bíblico de la serpiente como causante directa de
la expulsión del paraíso, ya que en esto se oculta un secreto
relacionado directamente con la triste condición de máquina del hombre.
Es muy conocida por los amantes de la literatura hindú y del yoga la
importancia que se le concede a Kundalini o a la serpiente “dormida”. Se
dice que es la energía que yace en estado latente en la base de la
columna vertebral y que cuando se puede lograr el despertar de esta
energía proporciona toda clase de mágicos poderes. Se ignora, sin
embargo, que es justamente esta energía la que está actuando dentro del
ser humano para mantenerlo hipnotizado e impedirle ver la realidad.
Cuando
el hombre recién empezó a evolucionar como tal en la tierra, estaba
dirigido por un espíritu colectivo que dirigía la propagación de la
especie impulsando a las parejas a unirse en ciertas épocas del año
únicamente.
Cuando adquirió el poder de procrear a
voluntad en cualquier momento, se liberó del espíritu colectivo y empezó
a tener cierto grado de independencia y libre albedrío.
Desde
el momento en que el objetivo del acto sexual es el procrear un hijo,
es un acto de creación, y da nacimiento cada vez que se ejecuta a una
fuerza, buena o mala, de acuerdo con la calidad de la unión que se ha
producido, es decir. si ha sido puramente animal o espiritual.
Cuando
se produce solamente una unión de cuerpos y no de almas que es lo
común, es lo mismo que si se produjera mecánicamente el estímulo de los
centros sexuales originándose una perpetua insatisfacción. Solamente en
la simultánea unión de cuerpos y almas reside el verdadero goce íntimo,
espiritual y divino en la verdadera unión sexual. Ésta es la diferencia
entre pecar y no pecar, en este problema. Pecan solamente aquéllos que
se unen animalmente.
No basta que un matrimonio haya
sido legalizado por la iglesia para que esté en gracia de Dios, ya que
para la naturaleza no existen las leyes humanas. Desde el punto de vista
de la naturaleza, que es perfecta, es un matrimonio toda pareja en la
cual se haya formado el Aura matrimonial, que es la unión en los planos
invisibles de sus cuerpos etéricos. Cuando no existe esta aura
matrimonial, un matrimonio puede estar cien veces legalizado y bendecido
por la iglesia, pero será una falsedad y una mentira, ya que habrá
solamente un acoplamiento de cuerpos. Para los neófitos explicaré que el
doble etérico es un cuerpo de materia sutil que existe en forma
invisible y que va indisolublemente ligado al cuerpo físico, siendo su
exacta réplica. Todas las alteraciones que se producen en el doble se
manifiestan inmediatamente en el cuerpo.
Todo lo sexual
gira en torno de una cosa: el magnetismo etérico. En todo contacto
sexual hay un gran intercambio de magnetismo entre el hombre y la mujer.
Esta vibración magnética influye poderosamente en la felicidad o
desgracia del individuo. Una persona que tiene una vibración magnética
de mala suerte, pesimismo, desgracia e infelicidad la transmitirá en el
momento de la unión.
El magnetismo es el que produce la
atracción sexual y el “enamoramiento”, y esto es lo que representa el
símbolo de Eros o Cupido. Es a causa de esto que muchos supuestos
enamoramientos terminan en forma repentina al producirse la descarga
magnética ya que el amor en su vulgar manifestación es solamente una
embriaguez o saturación de magnetismo etérico. Por supuesto que esto no
es el verdadero amor, solamente es una condensación magnética.
En
el terreno de la atracción amorosa mientras más magnetismo posea una
mujer, más atraerá al sexo opuesto, aunque su físico sea poco agraciado.
Lo que se ha llamado “sex appeal” es el poder atractivo del magnetismo
que se manifiesta en una forma invisible e impalpable. Es corriente ver
mujeres muy bellas que no tienen poder atractivo sobre el hombre por
carecer de magnetismo etérico sexual.
Hay personas que
por herencia, por llevar una vida sana, y por disfrutar de mucho
autodominio son grandes acumuladores de magnetismo, son verdaderos
imanes naturales con poderes atractivos, tanto en lo económico como en
lo sentimental.
Hay mujeres en cambio que viven siempre
huérfanas de amor a pesar de ser agraciadas físicamente, porque les
falta el poder magnético atractivo. Si llegan a contraer matrimonio no
son capaces de retener al hombre por mucho tiempo y éste termina
abandonándolas.
Voy a dar aquí algunas clases para que
tanto hombres como mujeres puedan formarse un caudal de energía
electromagnética que les ayude a triunfar en la vida.
El
poder magnético sexual se pierde por tres cauces principales que es
necesario eliminar a fin de que se produzca una gradual acumulación.
Estos cauces son: emociones negativas, deseos desenfrenados, y estados
imaginativos negativos.
Existe una estrecha relación
entre el estado emocional y el instintivo. Una mujer que atraviesa por
una crisis de celos, por ejemplo, está derrochando su magnetismo en
forma desmedida, con lo cual pierde su atractivo ante el hombre y se
envejece prematuramente, porque la vida se está yendo de ella. La mujer
celosa, irritable y dominante expulsa toda su energía sexual a través
del corazón quedando gradualmente vacía de atractivos.
Para
que una mujer pueda atraer poderosamente a los hombres debe conseguir
antes que nada un gran dominio sobre los sentimientos, a fin de que el
corazón no disperse el magnetismo producido y acumulado por el sexo. Una
vez alcanzado el dominio sobre su ser anímico debe alcanzar control
sobre su ser instintivo y su imaginación. Logrado esto, tendrá todo al
alcance de la mano. El hombre, por el contrario, debe dedicar preferente
atención a la educación y dominio de su aspecto sexual, que es su punto
débil o lado flaco.
En la educación de los deseos
encontramos también una gran fuente de energía. Si una persona rehusa la
satisfacción de un deseo en forma transitoria y logra mantener viva
esta corriente de fuerza, consigue con esto aumentar su caudal de
energía magnética. Ilustraré esto con un ejemplo: un sujeto recibe una
muy buena noticia. Su primer impulso es correr a contársela a sus amigos
y familiares. Si pospone conscientemente este deseo durante algunos
días, acumulará cierta cantidad de magnetismo.
Imaginativamente
es necesario lograr cierto estado de control que elimine los cuadros
negativos y morbosos, dando cabida solamente al optimismo y la alegría.
El
hombre que desea atraer a una mujer debe ser sincero, galante,
comprensivo, fuerte pero sensible, masculino y viril. Debe tener una
mente poderosa y despierta, ya que si en la mujer la belleza está en el
físico y en el alma, en el hombre está en su inteligencia. Mientras más
inteligente es un hombre más bello aparece a los ojos de una mujer.
La
mujer busca antes que nada apoyarse en el hombre, en todo sentido y por
lo tanto él debe estar presto a suministrarle la fuerza de la cual ella
carece. El hombre y la mujer encarnan los dos grandes principios de
Fuerza y Belleza.
La mujer que quiere atraer y retener a
un hombre debe desarrollar las siguientes cualidades profunda
femineidad, dulzura, comprensión y belleza del alma. Debe ser esposas
amante, amiga, hermana y madre. En ningún momento debe sentirse el
hombre atado a su compañera o privado de su libertad.
La clave de la felicidad en las parejas reside en la tolerancia mutua, estando más dispuestos a dar que a recibir.
Sin
embargo, a fin de que pueda existir una perfecta armonía sexual en una
pareja es necesario borrar o eliminar todas aquellas heridas instintivas
y anímicas que han recibido en el transcurso de sus vidas. Éstas son
las que causan el mayor porcentaje de fracasos matrimoniales. Es
corriente, por ejemplo, ver al hombre que ha sido muy mimado por su
madre en la niñez buscar una mujer que asuma dicho papel, a la que exige
las mismas atenciones que la madre al hijo. También es común el caso de
la mujer que busca un sustituto del padre. En esto influye mucho la
primera experiencia sexual, que es la que marca el rumbo de la futura
vida. El hombre que se ha iniciado con una prostituta por ejemplo,
buscará al contraer matrimonio una mujer equivalente a las vendedoras de
amor.
Si en el hombre es importante la primera unión
sexual, en la mujer marca esta primera comunión el verdadero y decisivo
rumbo que seguirá su vida posteriormente, marca su felicidad o
desgracia, ya que la mujer en estado virginal es semejante a una página
en blanco que estuviera esperando ser escrita.
Un caso
muy común es aquél en que la mujer ha llegado muy ilusionada a la noche
de bodas, pero que ha sido brutalmente poseída por un hombre instintivo y
pasional, lo cual ha creado en ella una profunda aversión subconsciente
al hombre. Si posteriormente busca la felicidad con otro, surgirá
siempre el fantasma de su primera experiencia, que puede llegar a
provocarle una completa frigidez.
Otra desviación de la
libido muy frecuente en la mujer es el autoerotismo, o sea cuando busca
excitarse a sí misma por medio de imágenes eróticas de celo para
multiplicar el placer en el acto sexual. Lo mismo busca aquélla que
provoca riñas para entregarse al hombre en el momento supremo y pasar
bruscamente al deleite amoroso.
Todos estos
refinamientos o complejos sexuales deben ser borrados del subconsciente
por una higiene mental adecuada y por medio de una rígida
auto-disciplina. Cuando la voluntad no sea capaz de conseguir esto, debe
someterse el afectado a una persona que sepa cómo borrar estas
impresiones de sus neuronas cerebrales, lo que en casos difíciles puede
lograrlo solamente un psiquiatra iniciado en el gran misterio de la
mente.
Las imágenes eróticas de una mujer influyen de
tal modo en su compañero que éste puede llegar a engañarla si la mujer
lo imagina, ya que le traspasa su vibración imaginativa obligándolo a
actuar así.
Una vez desaparecidas todas las grabaciones
negativas se produce una unión natural, sana y equilibrada que es la
única que lleva a la armonía y a la felicidad.
Otro caso que debo citar por la importancia que reviste, es el de la mujer masculina.
La
masculinización se produce en una mujer cuando ésta se une a un hombre
débil de carácter y ella es fuerte y dominadora. Poco a poco se va
haciendo más activa y masculina, y el hombre, más tímido y apocado, ya
que ella le va absorbiendo todo el magnetismo masculino dejándolo
solamente con magnetismo pasivo o femenino. Lo masculino que esta mujer
absorbe va desarrollando en ella marcadas características masculinas:
fuerza, poder y dominio, agresividad, impulsividad, don de mando,
audacia y decisión, y el hombre se va haciendo cada vez más femenino,
hasta que llega el momento en que es incapaz de tomar decisiones y le
entrega totalmente las riendas del hogar a la mujer. Si este matrimonio
tiene hijos varones, también serán ellos víctimas de este torbellino de
absorción en que se ha transformado esta mujer, y caerán totalmente bajo
su influjo acusando marcadas características femeninas, ya que su
magnetismo masculino ha sido tomado por la madre. Esta absorción puede
llegar a conducir a estos niños a la inversión sexual.
Ni
el hombre ni la mujer se dan cuenta de que exhiben en su carácter
ciertos rasgos pertenecientes al sexo opuesto. El hombre, por ejemplo,
muestra los siguientes aspectos que deberían ser privativos de la mujer:
celos, indecisión, miedo, volubilidad, pasividad e histeria, por citar
solamente algunos; la mujer, ansias de dominar al hombre, deseando
transformarlo y poseerlo.
Todo esto oculta un gran
secreto de los muchos relativos al magnetismo, y este secreto es que
tanto el hombre como la mujer tienen un cierto porcentaje del sexo
opuesto.
Los verdaderos y sinceros estudiantes sabrán comprender este arcano en toda su magnitud.
El
correcto empleo del sexo es la base del desarrollo espiritual oculto.
Causa lástima ver a todos aquellos aprendices de ocultistas que creen
que basta cantar mantrams, hacer respiraciones yogas o entonar plegarias
al altísimo para alcanzar la iluminación. Es sensible igualmente ver a
aquéllos que buscan el desarrollo a través de ciertas tradiciones
hindúes que imponen el celibato a los hombres, como medio de alcanzar
supuestos poderes mágicos, terminando muchos de ellos por feminizarse o
invertirse por haberse despolarizado magnéticamente.
Prosiguiendo
con el tema de lo sexual es necesario denunciar el crimen que se comete
contra criaturas durante el período de embarazo de la mujer, ya que
ésta continúa teniendo relaciones sexuales con su marido después de
haber quedado encinta.
Aquel ser que está dentro de la
madre recibe en ese momento una fuerte corriente de energía sexual que
queda profundamente grabada en su frágil naturaleza, provocando después
de su nacimiento un despertar sexual prematuro y toda clase de
desequilibrios emocionales, como asimismo la inversión sexual.
En
este delicado período la mujer debería abstenerse de todo tipo de
emociones fuertes, de disgustos y malos ratos y alejarse de ambientes
depresivos. Es sensible que el hombre no haya estudiado a fondo el arte
de mejorar su propia especie, dedicándose en cambio a perfeccionar
algunas razas de animales.
Para terminar este capítulo daremos la clave del magnetismo sexual:
El hombre es lo activo, aquello que da, aquello que busca y necesita estar dando continuamente.
La mujer es lo pasivo que busca continuamente absorberlo o tomarlo todo dentro de ella para concebirlo.
Él es el creador y ella la coaguladora.
Estas dos fuerzas dan origen a una tercera que es el hijo.
De la unidad nace el Binario y posteriormente el ternario.
El Binario para alcanzar la perfección debe convertirse en unidad
Estudiando el magnetismo activo y pasivo, se llegará a comprender el verdadero sentido de la unión entre hombre y mujer.
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